Artrosis. Rodilla y cadera.

¿Tu médico te ha dicho que tienes artrosis? En ese caso, antes de alarmarte, como fisioterapeutas, queremos animarte a que sigas unos consejos que te vendrán bien para saber cómo funciona, cómo lo tratamos y qué tienes que tener en cuenta para seguir con una vida con buena calidad.
Antes de nada, te diremos que es una de las enfermedades más frecuentes de las articulaciones y principal causante de incapacidad. Aparece, sobre todo, con la edad, y se caracteriza por la degeneración y pérdida del cartílago articular.

Se diferencia en:
-Primaria o de causa desconocida, en la que influye la edad, el sexo, los genes,
-Secundaria o de causa conocida como, por ejemplo, traumatismos, enfermedades congénitas, metabólicas o endocrinas.
Las principales zonas que suelen sufrir artrosis varían según el sexo. La artrosis de manos y rodillas predomina en las mujeres y la artrosis de cadera en los hombres.
Además de contracturas musculares, inestabilidad y crujidos, el síntoma más frecuente es el dolor, que aparece cuando cargamos en la articulación y se alivia con el reposo aunque puede, incluso, despertarnos por la noche. Además, a lo largo del tiempo, aparece rigidez en la articulación reduciendo nuestra calidad de vida. Esta rigidez es muy común al levantarnos de la cama al comienzo del día hasta que la articulación consiga funcionalidad.
Nuestro objetivo como fisioterapeutas será enlentecer la progresión de la enfermedad, previniendo la incapacidad, aliviando ese dolor, recuperando la funcionalidad y enseñándote posturas correctas y ejercicios adaptados.

En este caso, nos centraremos en la artrosis de RODILLA Y CADERA al ser las más comunes y las más incapacitantes. Te enumeramos algunos aspectos importantes que te ayudarán a llevar de una manera saludable y eficaz esta nueva etapa.

– Lo primero a tener en cuenta, si es necesario, es bajar de peso con una dieta saludable ya que es el mayor factor de riesgo y su pérdida suele enlentecer la progresión y aliviar los síntomas. En el caso contrario, aumentaría la probabilidad de tener que implantar una prótesis.

– Con dolor agudo, tenemos que empezar con un reposo relativo, pero NO una inmovilización prolongada ya que favorecería la atrofia muscular y progresaría más rápido la enfermedad.

– En esta fase, aplicar frío con bolsas de hielo resulta muy eficaz durante 10-15 min.

– El uso apropiado de un bastón, siempre en el lado sano, ayudará a quitarle carga a la articulación con artrosis y como consecuencia, mejora el dolor y la función. También te recomendamos que utilices zapatillas almohadilladas en el talón, que absorberán impactos hacia la rodilla y la cadera.

– Los ejercicios acuáticos en las primeras fases de dolor ayudan a mantener la función y la movilidad. El agua, además, ofrece resistencia y ayuda a fortalecer la musculatura que está débil.

– En las fases crónicas, ponte calor en la articulación. Eso te aliviará la tensión muscular y el dolor y, en la consulta de fisioterapia, te ayudaremos con técnicas como infrarrojos, ultrasonidos o radiofrecuencia con INDIBA para trabajar las estructuras que rodean la articulación, además de terapia manual, vendajes y otras técnicas.

– No nos podemos olvidar de meter en nuestra rutina ejercicios aeróbicos, pero ¡cuidado!, ninguno que nos provoque impacto en la rodilla o en la cadera. Con una resistencia suave al principio, podemos utilizar bicicleta, o elíptica.

– La terapia física, juega un papel muy importante para manejar las limitaciones que afectan a las actividades de la vida diaria. Realizaremos ejercicios específicos enfocados a estabilizar y fortalecer las articulaciones. En el caso de la rodilla, ejercicios de cuádriceps y, en el caso de la cadera, ejercicios de abductores y extensores.

– Y, desde el principio del diagnóstico, recomendamos trabajar con el método Pilates, muy completo y eficiente, que involucra todo el cuerpo y hace equilibrar y reajustar todas las estructuras que se ven afectadas de una manera integral con el resto del cuerpo.

Si tienes artrosis de rodilla:
– Te vendrá bien ponerte, cuando cargues tu peso con dolor, una venda o rodillera elástica que descargue y estabilice la articulación.
– Acuérdate de doblar y estirar las rodillas varias veces al día, para mantenerlas móviles.
– No permanezcas con la rodilla en la misma posición durante mucho tiempo.
– Si durmiendo aumenta el dolor, ponte una pequeña almohada o toalla doblada debajo de la rodilla para suavizarla y quitarle presión.

Si tienes artrosis de cadera:
– Caminar y subir escaleras te viene muy bien, pero no solo de frente, sino también hacia atrás y de lado para controlar la fuerza en todas las direcciones.
– Complementa tu rutina de ejercicios realizando equilibrios sobre tu cadera con una buena alineación de pelvis.

Con estos consejos, sobre todo, queremos que conozcas bien tu dolencia, ya que gran parte del éxito en la prevención y evolución de la enfermedad vendrá determinada por el manejo de la información profesional que recibas sobre ésta y , todo ello, se reflejará en tu bienestar.