¿Qué es el Suelo Pélvico?
El suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos, tejidos conectivos y fascias que forman la base de la cavidad abdominal en el área de la pelvis. Se encuentra en la parte inferior de la pelvis y sostiene los órganos pélvicos, como la vejiga, el útero (en las mujeres) y el recto. Este conjunto de estructuras tiene varias funciones importantes, como:
- Soporte de órganos: El suelo pélvico proporciona soporte a los órganos pélvicos y ayuda a mantenerlos en su posición adecuada.
- Control de esfínteres: Los músculos del suelo pélvico son esenciales para el control de los esfínteres, lo que implica la capacidad de retener la orina y las heces y liberarlas voluntariamente cuando sea apropiado.
- Función sexual: Participa en la función sexual al contribuir al tono muscular y al proporcionar sensaciones durante la actividad sexual.
- Estabilidad: Juega un papel en la estabilidad de la columna vertebral y la pelvis, contribuyendo a la postura y el equilibrio corporal.
Hábitos saludables para cuidar tu suelo pélvico
Adoptar hábitos saludables puede contribuir al bienestar general del suelo pélvico y prevenir problemas relacionados. Aquí hay algunos que puedes incorporar en tu vida diaria para cuidar tu suelo pélvico:
- Mantener una postura erguida, como si tirasen de tu coronilla hacia el techo. Tener una buena postura te ayudará a equilibrar las presiones y no sobrecargar tu suelo pélvico.
- Evitar el estreñimiento y los pujos, para ello deberás beber mucha agua y llevar una alimentación saludable alta en fibra.
- Gestionar el estrés, haciendo ejercicios de relajación y respiración consciente, para liberar tensiones de la musculatura y no sobrecargar el suelo pélvico
- Por último, es recomendable realizar ejercicios de suelo pélvico que te ayuden a fortalecer la zona. Para ello, lo más recomendable es trabajar junto a un profesional de forma que te guíe paso a paso según tus necesidades específicas.
Ejercicios de Suelo Pélvico
Existen multitud de ejercicios de suelo pélvico que te ayudarán a cuidar de tu salud pélvica. Sin embargo, en Élite Pilates destacamos especialmente 3 tipos que son muy sencillo y que pueden ayudarte:
- Ejercicios de Kegel: ejercicios que consisten en la contracción y relajación del suelo pélvico. Para poner un efecto más practico es como si quisieras cortar la orina cuando estás orinando.
- Respiración consciente: Debemos abrir toda la caja torácica. De esta forma mantendremos nuestro diafragma relajado que es igual a un suelo pélvico saludable
- Ejercicios de CORE: Mantener un abdomen fuerte nos ayudará a liberar tensiones en el suelo pélvico, ya que están directamente relacionados debido a que las vísceras abdominales recaen sobre el suelo pélvico
¿Cuándo debo acudir al fisioterapeuta de suelo pélvico?
Siempre es un buen momento para realizar una revisión de suelo pélvico, algunas de las razones son:
- Prevención: Porque tengas síntomas o no, es algo muy importante para poder abordar una patología a tiempo. Porque, aunque muchos de los problemas de suelo pélvico están normalizados como la sequedad vaginal en la menopausia o la incontinencia después de una parto… Estos síntomas se pueden y deben tratar para que no interfiera en la calidad de vida de la persona.
- La salud del suelo pélvico es cuestión de hábitos, puede que haya acciones en tu día a día que estés haciendo que perjudiquen a tu suelo pélvico. En consulta te pueden ayudar a cómo mejorar estos hábitos como por ejemplo la forma de orinar o defecar, cómo respiras e, incluso, mediante diferentes ejercicios de suelo pélvico.
- Si ya te has tratado y tus síntomas han desparecido, podría ser interesante una revisión para que no vuelvan a aparecer aquellos síntomas debidos a la disfunción pélvica.
¿Qué patologías se pueden tratar desde la fisioterapia?
Desde la fisioterapia especializada en salud pélvica se pueden tratar multitud de patologías. Gracias, entre otras cosas, a los ejercicios de suelo pélvico se pueden evitar los siguientes problemas:
- Cualquier pérdida de orina al toser, estornudar, reír, subir escaleras, coger peso.
- Sensación de urgencia y poco control para llegar al baño a miccionar.
- Incontinencia fecal y/o gases.
- Antes y durante el embarazo.
- Preparación al parto.
- Postparto.
- Cicatrices (cesárea, episiotomía, desgarros perineales)
- Menopausia: ocurren cambios hormonales y de los tejidos que van a repercutir en el suelo pélvico.
- Dolor o imposibilidad en las relaciones sexuales
- Prevención y/o tratamiento de patologías de suelo pélvico en deportes de alto impacto o hiperpresivos.
- Sensación de bulto en la vagina (prolapso).
- Dolor pélvico.
- Endometriosis y/o menstruaciones dolorosas.
- Diástasis abdominal.
- Cualquier tipo de cirugía (cáncer, estética…) en el abdomen y/o suelo pélvico.
- En hombres: disfunción eyaculatoria, disfunción eréctil, secuelas de prostatectomía…
¿En qué consiste una primera sesión de tratamiento de suelo pélvico?
En una primera sesión de tratamiento de suelo pélvico, es muy importante realizar una valoración global: postural, columna vertebral, pelvis, abdomen, respiración, movilidad en general, etc. antes de pasar a valorar el suelo pélvico. Es muy importante para tener un enfoque integral de la persona.
Más tarde haremos una valoración visual y veremos como reacciona tu suelo pélvico ante diferentes estímulos. Y, para terminar, haremos una valoración intracavitaria donde observaremos diferentes aspectos como:
- Tu lubricación,
- La piel y la mucosa: Coloración, cicatrices, lubricación…
- Reflejos, sensibilidad, dolor…
- Calidad y control de la contracción muscular
- Grado de fuerza, velocidad y resistencia de la muscular
- Capacidad de estiramiento o flexibilidad vaginal
- Situación o posible descenso de las vísceras.
- Contracturas, tensión de las paredes vaginales o anales y de los músculos.
Esperamos que esta introducción haya sido útil para superar el miedo y eliminar reservas en cuanto a la valoración, despejando ideas erróneas sobre lo que implica acudir a consulta. Nos esmeramos en crear un ambiente íntimo y confidencial, asegurándonos de que te sientas cómoda desde el principio. La información juega un papel crucial para brindarte mayor seguridad y confianza.
Es tan relevante saber contraer como saber relajar; la habilidad para relajarse es un requisito fundamental para llevar a cabo la valoración interna y tener un control claro sobre la zona. En caso de carecer de esta habilidad, trabajamos en ello, incluso extendiendo el proceso hasta una segunda o tercera sesión si es necesario. No hay apuro; primero se realiza la valoración externa y luego se aborda la relajación. La mujer debe estar preparada, especialmente si hay dolor o aprensión anticipada.