CÓMO EL MÉTODO ARMONIZA AMBOS.
Como ya sabemos, el método Pilates es una disciplina que nos hace trabajar íntegramente el cuerpo. Joseph Pilates, dedicó su vida a desarrollar este método para mejorar su propia salud, creando ejercicios que le permitiera fortalecerse a todos los niveles. Descubrió que ejercitando la musculatura de su centro, que denominó “Powerhouse”, de manera controlada, se fortalecía, a su vez, todo el organismo ya que interviene en todos los movimientos que realizamos. Trabajando desde este centro de energía hacemos que el cuerpo se mueva más libremente.
Los ejercicios se realizan con un control exhaustivo que nos lleva, con nuestra concentración, a obtener movimientos muy precisos, tomando conciencia de cada milímetro de nuestro cuerpo. Esto no solo nos ayudará a mejorar nuestra condición física, sino también nuestro control mental. Es por eso por lo que el método se denominó también “Contrología” poniendo atención en ese control de la mente sobre el cuerpo. Este término sustenta los 6 principios fundamentales del método Pilates: Control, Concentración, Centro, Respiración, Precisión y Fluidez. Todos estos principios tienen relación con nuestro estado mental.
Además, existe un trabajo de coordinación del movimiento con la respiración que nos ayuda todavía más a obtener esa precisión en la ejecución del movimiento, conectando el cuerpo y la mente, lo que hace que el método llegue mucho más allá que unos simples ejercicios de gimnasia. Joseph Pilates pretendía, así, llevar una atención plena y conseguir una manera mucho más inteligente de trabajar el movimiento, haciéndolo consciente, para poder después aplicarlo al resto de actividades en el día.
Es un gran método propioceptivo, consiguiendo una gran capacidad sensorial, algo que mejora nuestro funcionamiento del cerebro. Hacemos que trabajen todos nuestros receptores del movimiento y de la posición, porque todo está controlado, no hay ningún movimiento al azar.
Así, el método Pilates nos descubre una serie de beneficios no solo para el cuerpo, sino también para la mente:
- Mejorando la concentración: Al tener que trabajar la coordinación de movimientos controlados y precisos con nuestra respiración. La práctica del método incide más en la calidad, focalizando nuestra atención en conocer y autocontrolar el cuerpo, que en la cantidad de repeticiones lo que hará trabajar más nuestra concentración, que se verá favorecida en nuestra vida cotidiana.
- Reduciendo el estrés: Con el trabajo de la respiración de los ejercicios haremos que nuestro cuerpo quite tensión donde no la necesita y actúe directamente sobre el estrés físico y emocional. Saber controlar nuestra respiración nos ayudará a reducir los niveles de ansiedad y así también a mejorar nuestra calidad del sueño, e incluso nuestro humor.
- Mejorando la autoestima: Con la práctica de Pilates se llegan a producir en nuestro cuerpo una serie de cambios físicos que se verán reflejados en equilibrar nuestras tensiones y mejorar nuestra postura y así mejorarán nuestros dolores o lesiones y, en definitiva, nuestra calidad de vida. Nos veremos y sentiremos mejor y, con esto, conseguiremos más motivación, más confianza y más seguridad en nosotros mismos.
Tener una buena salud física y una mente equilibrada hará que consigamos lo que nos propongamos. Necesitamos cuidar nuestro cuerpo para que se mantenga sana nuestra mente, y lo mismo ocurre al revés. Un bienestar físico y mental nos hará cambiar la forma de percibir otros ámbitos o aspectos de la vida que nos preocupen o influyan negativamente transformándolo en un pensamiento más positivo y de crecimiento personal.
Con el método Pilates conseguiremos ser conscientes de nuestro estado físico y, de este modo, obtener un mayor rendimiento con un menor gasto de energía física y mental.