Postura y compensaciones. La importancia de una buena postura
La vida sedentaria y las posturas o movimientos repetitivos, forzados o mantenidos en nuestra vida cotidiana afectan a nuestra higiene postural. Si nuestro cuerpo no está fuerte, estable, flexible y equilibrado tendrá menos resistencia para conseguir mantener una buena posición durante un tiempo prolongado. Es ahí cuando aparecen molestias y dolores que a largo plazo pueden derivar en patologías. Nuestro cuerpo sufrirá presiones o desequilibrios estructurales según vayan apareciendo diferentes lesiones o dolencias. Esa nueva situación provocará compensaciones en cadena que irán afectando a otras zonas próximas y con el paso del tiempo, más distales, produciendo desalineaciones y favoreciendo la aparición de otras zonas de dolor. Una buena postura viene determinada, en gran parte, por la posición y las características de nuestra columna. Es importante tener una columna con sus 3 curvas fisiológicas (cervical, dorsal y lumbar) equilibradas y fuertes pero a la vez flexibles. Trabajar bien toda la musculatura que envuelve y hace trabajar a la columna es esencial para conseguir una buena postura y mantenerla. Las posturas más habituales que debemos corregir son las siguientes: