Pilates: fuerzas contraria

Una de las características principales del método Pilates es la utilización de una aparatología diseñada exclusivamente para conseguir una dinámica de entrenamiento y una exquisita ejecución de movimientos funcionales que hacen trabajar nuestro cuerpo de manera eficiente. Estos aparatos están diseñados con una serie de muelles que nos ayudan a sentir un trabajo mucho más profundo y ponen en funcionamiento la musculatura interna, que en muchas ocasiones otras disciplinas deportivas no consiguen ejercitar y resulta esencial para mantener nuestro bienestar físico en cualquier momento y actividad. En muchos movimientos, esta aparatología nos servirá de guía y nos asistirá para realizar el movimiento que queremos hacer. Al mismo tiempo, y realizando el movimiento contrario o reteniendo el mismo movimiento al volver a la posición de inicio, esos muelles nos ofrecerán una resistencia que tendremos que manejar con nuestra propia fuerza, con el control que requiere su ejecución correcta. De esta forma no solo conseguimos fortalecer nuestros músculos, sino también nuestros tendones, que suelen recibir mucha presión cuando ciertas estructuras se encuentran débiles o cuando sufren impactos en el día a día. Por ello, la práctica del Pilates aporta estabilidad a las articulaciones además de flexibilidad y una musculatura más elongada. Este alargamiento proporciona a la vez más potencia, más resistencia e incluso velocidad. Otro factor importante que hay que tener en cuenta en el método Pilates es la fuerza de gravedad. Muchos movimientos son realizados, precisamente, resistiendo esta propia fuerza, lo que nos hace aún más conscientes del trabajo que obtenemos con nuestra musculatura. Este trabajo se realiza controlando el movimiento desde nuestro centro de energía. En este centro es donde se encuentra nuestro propio centro de gravedad, que recibe fuerzas del exterior y del interior y que tienen que verse equilibradas para mantener una correcta sujeción visceral y postural, además de estabilizar la zona lumbar y la pelvis. Ese centro de gravedad se irá moviendo de lugar según la posición o postura que adquiramos perdiendo su equilibrio cuando haya descompensación de fuerzas y por tanto, perdiendo estabilidad en zonas que terminan sufriendo lesiones, como la columna lumbar. Con el método Pilates aprendemos a utilizar este centro de energía o core, lugar donde partirán todas las fuerzas hacia el resto del cuerpo, siempre de dentro hacia fuera, y lo entrenaremos de tal forma que el cuerpo estará siempre preparado para recibir cualquier fuerza que lo desestabilice y ponga en riesgo estructuras débiles, expuestas a sufrir lesiones. Si quieres probar lo que significa estas fuerzas contrarias y descubrir cómo fortalecer tu centro de energía o core para moverte con fluidez y control, llámanos.

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