Lesiones en los dedos: una guía completa

La mayoría de las lesiones de dedos en la mano surgen por traumatismos y accidentes, deportes de contacto, de alta velocidad o que requieren utilizar equipamiento en la mano, como raquetas o bastones. Nuestros hábitos o condiciones de trabajo pueden someter a los dedos a presiones constantes o movimientos forzados repetitivos. También con el envejecimiento se pierde masa muscular y ósea, pudiendo sufrir osteoartritis, artrosis o fracturas. En este artículo, te contamos las lesiones más recurrentes que pueden surgir en los dedos y sus tratamientos más eficaces.

¿Qué entendemos por lesiones en los dedos?

Cuando hablamos de lesiones en los dedos, nos referimos a cualquier daño o trastorno que afecte la estructura y funcionalidad de los dedos de la mano. Estas lesiones pueden abarcar una amplia gama de problemas, desde leves torceduras y contusiones hasta fracturas severas y dislocaciones. El impacto de estas lesiones no es menor, ya que los dedos son esenciales para realizar tareas diarias, desde escribir y sujetar objetos hasta actividades más complejas que requieren precisión y coordinación.

¿Cuáles son las causas más comunes?

Las causas de las lesiones en los dedos son variadas y pueden incluir:

  • Traumatismos directos: Golpes o impactos directos, comunes en accidentes domésticos o laborales.
  • Lesiones deportivas: Particularmente en deportes que involucran el uso de las manos, como baloncesto, fútbol, escalada o cualquier actividad que exija agarrar firmemente un objeto, como tenis o golf.
  • Movimientos repetitivos: Tareas que implican movimientos constantes o repetitivos pueden provocar desgaste en los tendones y ligamentos, resultando en condiciones como tendinitis o el síndrome del túnel carpiano.
  • Condiciones degenerativas: La artritis y otras afecciones relacionadas con el envejecimiento pueden deteriorar las articulaciones de los dedos, limitando su movilidad y causando dolor y rigidez.

Independientemente de la causa, el diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado son cruciales para recuperar la máxima funcionalidad y evitar complicaciones a largo plazo. Los síntomas típicos de estas lesiones incluyen dolor, hinchazón, dificultad para mover el dedo afectado, y en casos graves, deformidad visible o incapacidad para usar la mano. Reconocer estos signos y buscar atención médica temprana son pasos esenciales para una recuperación efectiva.

¿Qué tipos de lesiones en los dedos podemos sufrir?

Estas son 8 de sus lesiones más frecuentes:

  • Esguinces de ligamentos. Distensiones o desgarros de ligamentos y que, según su grado, provocan dolor, inflamación, hinchazón, hematoma, incapacidad funcional e inestabilidad. 
  • Dedo en martillo. Causado por la ruptura del tendón flexor del dedo cerca de la punta, haciendo que se doble y no se pueda enderezar.
  • Pulgar de esquiador. Desgarro del ligamento colateral del pulgar cuando se dobla de manera forzada hacia atrás o en dirección contraria a los dedos, lo que le ocurre al esquiador cuando cae con los bastones de esquí fijos en la nieve y los dedos enganchados en ellos.
  • Tendinitis. Producida normalmente por movimientos repetidos o de fuerza o presión que terminan por inflamar algún tendón.        
  • Fracturas óseas. Las causas suelen ser deportivas,  accidentes laborales o domésticos, caídas y golpes. 
  • Luxaciones. Se producen cuando los huesos de los dedos se desplazan fuera de su posición normal. La mayoría se producen en la base de los dedos o en la articulación media.
  • Osteoartritis. Relacionada en general con la edad y el desgaste de los cartílagos. También puede causar deformidad y, como consecuencia, pérdida de la movilidad.
  • 8. Contractura de Dupuytren. Suele ser hereditaria. Produce un engrosamiento indoloro del tejido formando un cordón grueso por debajo de la piel, que causa contractura y flexión de los dedos que se retraen hacia la palma de la mano imposibilitando su estiramiento.

¿Cómo pueden tratarse este tipo de lesiones?

En fisioterapia, una vez valoradas las estructuras lesionadas o afectadas y establecido un diagnóstico, podemos utilizar distinta  técnicas de intervención según la gravedad de la lesión y la fase en la que se encuentre. 

Si la lesión se encuentra en una fase aguda nuestros primeros objetivos serán reducir la inflamación, el dolor y el edema y relajar la musculatura. Hielo, reposo y compresión serán las primeras recomendaciones en las primeras 48 horas. Podemos utilizar aparatología específica con efecto antiinflamatorio y analgésico para ayudar a regenerar el tejido, como ultrasonido, electroterapia o diatermia (INDIBA). 

Manualmente se pueden utilizar técnicas de drenaje linfático, masaje circulatorio, punción seca, masaje transverso profundo y movilizaciones articulares de forma analítica y global. Más adelante, trabajaremos la fuerza con movimientos activos y resistidos, y la funcionalidad, propiocepción y destreza de los dedos.

Es importante tener en cuenta que al sufrir una lesión en cualquier dedo de la mano su falta de funcionalidad afectará a toda la cadena del antebrazo, brazo, hombro e incluso cuello. El Pilates, que se centra en la alineación y equilibra las fuerzas y funciones de las cadenas musculares, es un excelente método de entrenamiento para la rehabilitación de esas otras zonas del cuerpo afectadas también por la lesión.

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